Es, al mismo tiempo, una catarata de invenciones dentro del cine de acción y una meditación con algo de pretensión metafísica sobre la conciencia, la realidad e incluso lo divino.
Película fallida a pesar de partir de una premisa bastante estimulante: ¿qué pasaría si nuestro cerebro empleara el 100% de su capacidad? Lo que prometía ser una entretenida película de acción viniendo de un Luc Besson que suele desenvolverse bien en el género (Nikita, el 5º elemento...) ha terminado resultando ser una ensalada de tiros bastante repetitiva y con algún diálogo bastante ridículo. Se deja ver si no le exiges mucho a este tipo de películas pero defraudará a los más fans del director.
La idea es mejor que la puesta en escena, sales del cine con una sensación de qué podría dar mucho más juego la película, sin embargo yo recomiendo verla porque te hará pensar ;)