Aquaman

Nos encontramos ante la que es, de largo, la mejor película del Universo DC hasta la fecha. Alejada de ese tono fúnebre que presidía todos los filmes anteriores de DC, Aquaman es realmente divertida y deja atrás, por fin, el pesado legado del Batman de Nolan. Ante todo nos hallamos ante un filme de autodescubrimiento de su personaje protagonista, de asunción de su papel entre mítico y heroico. Pese a lo extraño de sus poderes, se consigue dotar de cierta dignidad al personaje - aquí Momoa ofrece su mejor versión dotando de cierta retranca al personaje-. El filme rebosa espectacularidad y una muy bienvenida economía narrativa en toda una serie de inspiradas escenas. Hay mucho humor y los traumas se narran con cierta ligereza para no ser un lastre de lo realmente importante: sus apabullantes escenas de acción. En suma: un espectáculo superheroico de primera.