Críticas de la prensa de CENICIENTA

Aunque no tiene las canciones pegadizas de 'Encantada' o los diálogos ingeniosos de 'La princesa prometida', 'Cenicienta hechiza con su estilo arrebatador y su atemporal mensaje de resiliencia, decencia y bondad

Cate Blanchett está perfectamente maravillosa. Nadie le roba una sola escena, excepto el vestuario de Sandy Powell y el diseño de producción de Dante Ferretti, que alcanza todas las gamas de lo maravilloso

Podría describirse como un pastel azucarado visual que deja un elemento claro, algo que los creadores de 'Maléfica' o 'Espejito Espejito' quizá subestimaron en su momento: lo clásico funciona.

Blanchett es, ciertamente, lo mejor de este pastelito alegre, bonito y con aroma a lavanda

En su esplendor cursi y cárnico. (...) Branagh se esfuerza en compaginar lo remilgado con lo estruendoso (...) Y se esfuerza en darle a la historia lo único que admite: ambientación, sabiduría técnica, divertimento visual

El color, el brillo y un corazón descaradamente romántico explotan en la pantalla en 'Cinderella' (...) una película inspiradora que reviste de cálido sentimiento temas universales como la pérdida, la fortaleza, la experiencia y la madurez 

Una exquisita experiencia visual (...) Blanchett mezcla aspectos de Bette Davis, Barbara Stanwyck y Marlene Dietrich en una villana épica 

Hay poco en 'Cenicienta' más allá de sus caras y vestidos que llame la atención o [haga volar] la imaginación. 

Una versión al pie de la letra (...) ¿Puede funcionar esta no-reinvención sin ironía? En realidad, funciona, y sorprendentemente bien, aproximándose a la historia con una sinceridad y ternura que desafía al cinismo 

La última gran película romántica de gran presupuesto de la era analógica (...) una adaptación deliciosamente diáfana de la fábula de Charles Perrault 

La mejor 'Cenicienta' de todas 

Versión animada de Disney casi punto por punto con una liberalidad a la altura de su desvergüenza. Sorprende lo endomingado, cursi y simple de una lectura del cuento 

Esta Cenicienta es una catedral del buen / mal gusto mucho más interesada en sus cortinajes y en el brillo de sus cristales de Svárovský que en el relato que está contando y el alma de sus personajes. 

Cursi a más no poder. Ni siquiera la neobarroca dirección artística de Dante Ferretti y el vestuario de Sandy Powell la salvan de la catástrofe: son atrozmente horteras. 

Ofrece Branagh otro de sus trabajos de mercenario tan solvente como impersonal (...) En esta nueva Cenicienta nada se reformula, todo está en su sitio, no hay espacio para la excentricidad ni la salida de tono 

Convencional, apolillada, fea, aburrida y muy cursi. Seguro que incluso a estas alturas es posible hacer una nueva versión del clásico de los Grimm que justifique su propia existencia, pero no es esta. 

Las aventuras no son todo lo sólidas o divertidas que podrían (y deberían) haber sido, pero aun así este reciclaje y modernización del cuento tradicional funciona. 

Mucho más fiel al relato original, esta versión es un lujo visual para que las chicas se queden con la boca abierta. 

Esta nueva versión de Cenicienta tiene una cualidad que le da cierta variedad: la dirige Kenneth Branagh, (...) un proyecto de encargo en el que su característico sello y buen gusto le dan una personalidad muy particular a la película. 

Cenicienta calza bien para las nuevas y viejas generaciones, aunque las feministas no estarán muy de acuerdo. 

Los principales cuestionamientos ante este regreso a las fuentes no deberían centrarse en su pertinencia, sino más bien en la nula predisposición del equipo artístico para ejercitar la reinterpretación. 

El gran atrevimiento de este filme bien hecho, disfrutable, es correr el riesgo de ser anticuado, en una buena manera. Un cuento de hadas asumido y que conecta directo a la vena de las ensoñaciones infantiles. 

Kenneth Branagh con 'Cenicienta' prueba lo que sabíamos de niños. No importa si nos cuentan el mismo cuento cada noche, siempre que nos lo cuenten bien. 

Es una versión fiel a la fuente original (no hay relecturas ni intentos de modernización), marcada por altas cargas de melodramatismo (en menos de 20 minutos mueren la madre y el padre de Cenicienta) y una puesta en escena que no abusa de artificios. 

La película no intenta revolucionar el mercado del cuento infantil sino devolverle un poco de su grandeza clásica. Y, en ese sentido, el tradicionalista Branagh lo logra.