Murder on the Orient Express

Nos encontramos ante una especie de Cluedo ferroviario en la que el texto base de Ágatha Christie es transformado en un espectáculo de vodevil. La intriga constante del relato es apuntalada con unos afortunados momentos cómicos que contribuyen a cimentarlo. La figura del eterno detective Hercule Poirot es la principal responsable del encanto del filme - se nota que Branagh se lo pasa en grande dando rienda suelta al histrionismo de su personaje - . El reparto es notable, lo mismo que la propuesta audiovisual. Una propuesta que gustará al espectador siempre que evite odiosas comparaciones con el original de Sidney Lumet.