A los 19 años, la actriz francesa Pom Alexandra Klementieff, nacida en Canadá, se matriculó en la prestigiosa escuela de interpretación Cours Florent de París, que cuenta entre sus alumnos a Isabelle Adjani, Diane Kruger, Sophie Marceau y Audrey Tautou. Y en una de sus primeras clases se encontró interpretando a un insecto.
"Era la primera vez que me subía a un escenario a crear personajes. Había una improvisación y teníamos que inventarnos cualquier tipo de personaje", cuenta Klementieff. "Se me ocurrió algo parecido a un cangrejo, y luego se me ocurrió una escena [en la que] interpretaría a un insecto".
"Todo el mundo se burlaba de mí porque estaba haciendo algo cómico con
algo oscuro debajo, y nadie lo entendía".
Esto no deja de tener su ironía, ya que esas primeras lecciones interpretando a un insecto parecen haber dado sus frutos: Klementieff, que ahora tiene 37 años y vive en Los Ángeles, interpreta a la empática Mantis, parecida a un insecto, en las películas del Universo Cinematográfico Marvel, apareciendo en Guardianes de la Galaxia Vol. 2 (2017) y luego en las dos últimas películas de Los Vengadores, Infinity War (2018) y Endgame (2019). Ha regresado para la esperadísima Guardianes de la Galaxia Volumen 3, dirigida por James Gunn, y junto a ella vuelven sus compañeros de reparto Chris Pratt (Star-Lord), Zoe Saldaña (Gamora), Dave Bautista (Drax), Karen Gillan (Nebula) y Bradley Cooper (Rocket), para la película número 32 de la gigantesca franquicia cinematográfica de Marvel.
Klementieff nació en Quebec (Canadá), de padre ruso-francés y madre coreana. Como su padre era diplomático destinado en Canadá en el momento de su nacimiento, sigue siendo ciudadana francesa a pesar de su educación quebequesa. El trabajo de su padre hizo que la familia se trasladara a Kioto (Japón) y, más tarde, a Costa de Marfil (África), antes de regresar a Francia. El padre de Klementieff murió de cáncer cuando ella tenía cinco años, y su madre padecía esquizofrenia y no podía ocuparse de sus hijos, así que fue criada por sus tíos paternos. Su tío, a quien describió como "su segundo padre", murió cuando Klementieff cumplió 18 años, y su hermano mayor, Namou, se suicidó siete años más tarde, cuando ella cumplió 25. Tras la muerte de su tío, Klementieff estudió brevemente la carrera de Derecho para apaciguar a su tía, pero no le resultó atractiva. También trabajó como camarera y vendedora en Francia.
El efecto neto de todo ello es una fluidez cultural que parece definir a Klementieff: internacional, norteamericana, pero muy francesa.
Sin embargo, a su llegada a Hollywood, Klementieff se encontró al principio con el obstáculo de su "extranjería", y con un malestar con los directores de casting derivado de su acento francés. Su irrupción en el gran público llegó de la mano de dos directores estadounidenses que apostaron por ella: James Gunn y Spike Lee.
Gunn eligió a Klementieff para la segunda película de Guardianes de la Galaxia, y ella le atribuye el mérito de haber cambiado su vida. "Me contrató cuando me resultaba difícil conseguir papeles", dice Klementieff.
Pero el papel de Klementieff en Guardianes también aprovechó las habilidades en artes marciales que había perfeccionado para un papel secundario cinco años antes, en la película independiente estadounidense Oldboy, dirigida por Spike Lee. En ella, Klementieff interpretaba a la gángster y guardaespaldas Haeng-bok.
El entrenamiento de artes marciales que comenzó cinco veces a la semana continuó hasta su audición para Guardianes de la Galaxia. Aunque en las dos primeras películas no tuvo demasiadas oportunidades de emplear esas habilidades, en Volumen 3 parece que se ha podido darles rienda suelta. En general la actriz es muy aficionada al deporte, en particular al paracaidismo, del que hace gala en sus redes sociales.
Pom siente una gran pasión por los animales. Además, es una gran aficionada al mar y disfruta de él siempre que puede.
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