Blade Runner 2049

Primero de todo hay que decir que esta preciosidad es obligatoria ir a verla en la gran pantalla de un buen cine. El estimulante director Dennis Villeneuve sale airoso de la empresa que supone acometer una secuela de una de las películas más icónicas de la historia de la ciencia ficción. El diseño de producción es increíble y la acertada música de Hans Zimmer consigue recrear aquella atmósfera onírica que impregnaba al clásico de 1982. Uno de los problemas, a mi juicio, es que nada más empezar nos dejan clara la naturaleza del protagonista, a diferencia del filme original que jugaba con esa ambigüedad. El reparto es estupendo y hay un gran misterio a resolver, aunque con el avance del metraje el filme comienza a estancarse. Lo peor es el malo del filme, interpretado por Sylvia Hoeks, que es un mero terminator, para nada a la altura del personaje de Rutger Hauer, cargado de matices. Hay algún agujero de guión que no espoilearé pero ello no es óbice para felicitarse de varios momentos extraordinarios del filme sobre todo en su primera mitad. Aún sin llegar a la altura de su predecesora, estamos ante una gran película sin duda alguna.